lunes, 13 de febrero de 2017

                                                                    

                                                                     LA DANZA 
                                  Poema homenaje a la gran bailaora Blanca del Rey

A la luz de los candiles
Entre sombras afiladas
El silencio se despierta
Con tres golpes de guitarra

Y un soleá en el viento
Y un solo cuerpo que baila
Y un sueño que se desvela
Para hacer la noche larga
Mientras las gitanas viejas
Con agujas cinceladas
Bordan con seda las batas
Para que sus cien volantes
Despeguen fuertes las alas.

Lloran los bordones roncos
La prima gime enlutada
Las palmas se han hecho íntimas
Y los suspiros espadas

Cuando se brazos se encienden
En dos antorchas quebradas
Como alondras abatidas
Presas de plomo de caza.

Sus muslos: montes de cobre,
Marcan el vuelo a su falda.
Los valles de sus caderas
Como cajas de guitarra
Hacen remover al viento
Las candelas de su enagua
Que su pecho sierra
De aguardiente y mermelada
Rezuma aceite y limón
Por la boca y la garganta.

Sus dos pies: cristal de roca,
Van repicando en campanas
Que me suenan a mezquitas
Y a fuentes de las alhambras
Y en sus manos los palillos
Y en el ambiente la magia
Componen la sinfonía
De la danza milenaria
Que baila la Andalucía
De Antonio y Carmen Amaya.

No sigas Blanca del Rey
No me apuntes con la daga
Que se escapa de tus ojos
Y se clava en mis entrañas
Que cuando rompes tu cuerpo
Con la copla y la guitarra
Se te muda hasta el color
De la luz de tu mirada.
Y en mi corazón la angustia
Y en mi boca la palabra
Me sabe a azahar de Córdoba
Que es tu tierra y es mi patria.